Ampliando mi zona «internacional» de confort
Ampliando mi zona «internacional» de confort
En mayo de 2011 empecé en Londres un programa de emprendedores que terminó en Octubre de ese mismo año con una competición entre los 50 participantes de esa edición. En ella, cada uno teníamos que contarle nuestro perfect pitch (o “presentación perfecta”) a nuestros colegas y a un jurado. De ahí saldrían cinco ganadores que lo volverían a presentar, esa misma tarde, ante una audiencia abierta al público de casi En mayo de 2011 empecé en Londres un programa de emprendedores que terminó en Octubre de ese mismo año con una competición entre los 50 participantes de esa edición. En ella, cada uno teníamos que contarle nuestro perfect pitch (o “presentación perfecta”) a nuestros colegas y a un jurado. De ahí saldrían cinco ganadores que lo volverían a presentar, esa misma tarde, ante una audiencia abierta al público de casi 300 personas y un nuevo jurado que incluía además inversores. Las semanas antes de la presentación, practicamos y practicamos con nuestros colegas para mejorarlo, y hacerlo más atractivo. No solo teníamos que sabernos el pitch de memoria, y hacer que sonará fluido, además debía tener la estructura que nos habían enseñado: a qué te dedicas, en qué se basa tu credibilidad, qué problema solucionas, cual es la solución que ofreces, etc. La mañana que volé a Londres para la competición lo tenía controlado. O eso pensaba yo. (Nota: Si quieres sabe de qué hablé, puedes leerlo en este post o ver el video en inglés aquí). Al llegar y practicar con algunos de mis compañeros, me diejron que tenía que incluir un pequeño detalle de la arquitectura del perfect pitch que yo había recordado añadir. Tenía que explicar qué iba a conseguir en los próximos 3 años. No tenía mucho tiempo antes de que fuera mi turno, y tenía que ser algo importante, así que deje que mi intuición entrará en acción. Pues, pues, ¡ah, ya lo sé! ¡En los próximos tres años alcanzaremos una facturación de 3 MEUR con oficinas en Madrid, Londres y Helsinki!. No estaba nada mal, pensando que la pequeña estructura con la que contaba hasta ese momento se basaba en colegas freelance, y en algunas alianzas con empresas parecidas a la nuestra. Y sobre todo, que sólo estábamos en Madrid, y que la facturación exigiría un “poquito” de esfuerzo e imaginación. Pues eso fue lo que añadí a mi pitch y la verdad es que disfruté mucho en mi intervención. Sin embargo, y a pesar de que creo que me quedé cerca del corte, no pasé a la final. Pequeña decepción. Sin embargo me lleve un gran regalo en el feedback que cada uno recibíamos de los jueces. Uno de ellos, Andrew Priestley, me dijo que creía que 3 MEUR sería una cifra corta para la propuesta que había contado. Él creía que podría llegar a 10 MEUR con ese enfoque. Y durante el feedback asentí con la cabeza, aunque no con el corazón o las tripas. ¿10 MEUR? ¡¡Joder, ya estamos otra vez con los retos!!. ¿Ya imaginas lo que pasó después?. Empecé a darle vueltas al feedback hasta que me lo empecé a creer. Y desde la cabeza, se fue extendiendo al resto de mis órganos. Desde luego puedo asegurarte que el reto me sacaba de mi zona de confort. Pero eso sí, me garantizaba (como cuando le dije a mi equipo de dirección, en la ingeniería en la que estuve 15 años, que quería crecer al 50% anual y lo hicimos) que tendría que cambiar los métodos de trabajo, y la estructura, mucho más de lo que yo pensaba.
En mi propio desafío previo yo había calculado 1 MEUR por oficina y no me parecía tan descabellado. Pero 3,3 MEUR ya exigía otros tipo de planteamiento. Y me gustaba la idea. Así seguro que tendría que tener tres equipos muy potentes que se ocupen del día a día. Y me puse manos a la obra. Desde octubre de 2011 hasta julio de 2012 he estado preparando el equipo de inKNOWation España. A estas alturas contamos ya con un nuevo y potente equipo que está trabajando conmigo en proyectos, y yo … … y yo, después de contarle a mi mujer la propuesta, y de que nos recordará nuestra época en la que vivimos dos años en el extranjero, me he venido con mi familia a Londres. Concretamente a los alrededores del Greater London, a la bonita localidad de Windsor, cerca del castillo donde la reina pasa muchos de sus fines de semana. Vamos a darles a nuestros hijos el regalo de aprender inglés aquí, que aprendan una nueva cultura y mejoren su capacidad de “aprender a aprender” tan necesaria en los tiempos que estamos y en los que vienen. De paso vamos a probar nuestro modelo de transformación en el mercado inglés, ver si funciona tan bien como lo está haciendo en España, o si hace falta hacerle algunos ajustes. Y todo este proceso si que me/nos saca aún más de la zona de confort. ¡Con lo cómodo que estaba yo en España!. Pero ¿qué mejor manera de seguir aprendiendo que aplicarme mi propia medicina?. Todo lo que ocurre es feedback con el que puedo aprender a lo bestia. Si estás entre nuestros clientes, que sepas que estos días en UK me siento como tú dentro de nuestros proyectos. Una de las cosas más interesante por ahora, además de las vivencias personales en familia, y de las vicisitudes que hemos superado ya y sobre las que podríamos escribir un libro, es la toma conciencia del proceso de cambio que estamos haciendo. Ya me he aplicado muchas de las técnicas que a diario utilizamos con clientes en los procesos de transformación y sigo maravillándome de lo bien que funcionan. Y ya me molesta que ocurra, pero es fácil que me pille a mi mismo sintiéndome “conscientemente incompetente”. Y eso que ya vivimos cerca de Cambridge durante casi un año, pero aquello fue entre 1991 y 1992, y el entorno, nuestra experiencia y nuestras circunstancias han cambiado. En parte esto se debe a qué aún no hemos terminado de prepararnos y falta poco para arrancar «la temporada otoño-invierno». Estamos a toda pastilla actualizando la web que estará en breve en castellano e inglés, acabando unos vídeos que también estarán en castellano e inglés, y preparando el material para ir a ver a los clientes y qué puedan leerlo como si o hubiese escrito el propio Shakespeare. O casi. El otro día hablando de nuestro proceso de crecimiento como empresa con Javi, uno de mis colegas en el equipo, me sugirió que escribiera sobre este proceso de transformación personal. Y no lo tenía nada claro. La verdad es que no lo veía tan útil para ti como lector. Sin embargo, según lo he ido escribiendo me he ido sintiendo más a gusto, y empiezo a pensar que Javi tenía razón. Gracias Javi. Debe ser que esto de valorar la propia experiencia es más fácil desde fuera que desde dentro de uno mismo. De hecho, según sigo reflexionando sobre ello, más me doy cuenta de que esto es lo en muchos de los proyectos les falla a los directivos de nuestros clientes. Como decíamos a nuestros hijos pequeños, y es ya tendencia, ¡¡HAY QUE COMPARTIR!! Si no te paras a pensar que tu experiencia puede ser valiosa para otros, y en cambio si notas el pudor que te genera pensar el compartir lo que te pasa, es fácil que no lo saques fuera. Y sin querer privas a otros de tu bagaje, y también de la posibilidad de que te ayuden en tus problemas. Necesitas aceptar que eres vulnerable, y que los demás te pueden ayudar. Y tanto más, cuanto más alto estés en la jerarquía de tu empresa. Bueno, yo ya lo he hecho. Ya te he contado un trocito de mis andanzas en mi zona de aprendizaje. Espero que este post más personal te haya gustado. Si es así, déjame un comentario por favor para saberlo e ir compartiendo algo de esta aventura. Si no te ha gustado, no comentes nada, y así también sabré por omisión que prefieres que vuelva al estilo anterior. Eso sí, te perderás algunos cotilleos. Y como siempre una invitación para acabar: ¿has pensado en qué vas a incomodarte tú este próximo curso escolar? Go for it!! And good luck!!300 personas y un nuevo jurado que incluía además inversores. Las semanas antes de la presentación, practicamos y practicamos con nuestros colegas para mejorarlo, y hacerlo más atractivo. No solo teníamos que sabernos el pitch de memoria, y hacer que sonará fluido, además debía tener la estructura que nos habían enseñado: a qué te dedicas, en qué se basa tu credibilidad, qué problema solucionas, cual es la solución que ofreces, etc. La mañana que volé a Londres para la competición lo tenía controlado. O eso pensaba yo. (Nota: Si quieres sabe de qué hablé, puedes leerlo en este post o ver el video en inglés aquí). Al llegar y practicar con algunos de mis compañeros, me diejron que tenía que incluir un pequeño detalle de la arquitectura del perfect pitch que yo había recordado añadir. Tenía que explicar qué iba a conseguir en los próximos 3 años. No tenía mucho tiempo antes de que fuera mi turno, y tenía que ser algo importante, así que deje que mi intuición entrará en acción. Pues, pues, ¡ah, ya lo sé! ¡En los próximos tres años alcanzaremos una facturación de 3 MEUR con oficinas en Madrid, Londres y Helsinki!. No estaba nada mal, pensando que la pequeña estructura con la que contaba hasta ese momento se basaba en colegas freelance, y en algunas alianzas con empresas parecidas a la nuestra. Y sobre todo, que sólo estábamos en Madrid, y que la facturación exigiría un “poquito” de esfuerzo e imaginación. Pues eso fue lo que añadí a mi pitch y la verdad es que disfruté mucho en mi intervención. Sin embargo, y a pesar de que creo que me quedé cerca del corte, no pasé a la final. Pequeña decepción. Sin embargo me lleve un gran regalo en el feedback que cada uno recibíamos de los jueces. Uno de ellos, Andrew Priestley, me dijo que creía que 3 MEUR sería una cifra corta para la propuesta que había contado. Él creía que podría llegar a 10 MEUR con ese enfoque. Y durante el feedback asentí con la cabeza, aunque no con el corazón o las tripas. ¿10 MEUR? ¡¡Joder, ya estamos otra vez con los retos!!. ¿Ya imaginas lo que pasó después?. Empecé a darle vueltas al feedback hasta que me lo empecé a creer. Y desde la cabeza, se fue extendiendo al resto de mis órganos. Desde luego puedo asegurarte que el reto me sacaba de mi zona de confort. Pero eso sí, me garantizaba (como cuando le dije a mi equipo de dirección, en la ingeniería en la que estuve 15 años, que quería crecer al 50% anual y lo hicimos) que tendría que cambiar los métodos de trabajo, y la estructura, mucho más de lo que yo pensaba.
En mi propio desafío previo yo había calculado 1 MEUR por oficina y no me parecía tan descabellado. Pero 3,3 MEUR ya exigía otros tipo de planteamiento. Y me gustaba la idea. Así seguro que tendría que tener tres equipos muy potentes que se ocupen del día a día. Y me puse manos a la obra. Desde octubre de 2011 hasta julio de 2012 he estado preparando el equipo de inKNOWation España. A estas alturas contamos ya con un nuevo y potente equipo que está trabajando conmigo en proyectos, y yo … … y yo, después de contarle a mi mujer la propuesta, y de que nos recordará nuestra época en la que vivimos dos años en el extranjero, me he venido con mi familia a Londres. Concretamente a los alrededores del Greater London, a la bonita localidad de Windsor, cerca del castillo donde la reina pasa muchos de sus fines de semana. Vamos a darles a nuestros hijos el regalo de aprender inglés aquí, que aprendan una nueva cultura y mejoren su capacidad de “aprender a aprender” tan necesaria en los tiempos que estamos y en los que vienen. De paso vamos a probar nuestro modelo de transformación en el mercado inglés, ver si funciona tan bien como lo está haciendo en España, o si hace falta hacerle algunos ajustes. Y todo este proceso si que me/nos saca aún más de la zona de confort. ¡Con lo cómodo que estaba yo en España!. Pero ¿qué mejor manera de seguir aprendiendo que aplicarme mi propia medicina?. Todo lo que ocurre es feedback con el que puedo aprender a lo bestia. Si estás entre nuestros clientes, que sepas que estos días en UK me siento como tú dentro de nuestros proyectos. Una de las cosas más interesante por ahora, además de las vivencias personales en familia, y de las vicisitudes que hemos superado ya y sobre las que podríamos escribir un libro, es la toma conciencia del proceso de cambio que estamos haciendo. Ya me he aplicado muchas de las técnicas que a diario utilizamos con clientes en los procesos de transformación y sigo maravillándome de lo bien que funcionan. Y ya me molesta que ocurra, pero es fácil que me pille a mi mismo sintiéndome “conscientemente incompetente”. Y eso que ya vivimos cerca de Cambridge durante casi un año, pero aquello fue entre 1991 y 1992, y el entorno, nuestra experiencia y nuestras circunstancias han cambiado. En parte esto se debe a qué aún no hemos terminado de prepararnos y falta poco para arrancar «la temporada otoño-invierno». Estamos a toda pastilla actualizando la web que estará en breve en castellano e inglés, acabando unos vídeos que también estarán en castellano e inglés, y preparando el material para ir a ver a los clientes y qué puedan leerlo como si o hubiese escrito el propio Shakespeare. O casi. El otro día hablando de nuestro proceso de crecimiento como empresa con Javi, uno de mis colegas en el equipo, me sugirió que escribiera sobre este proceso de transformación personal. Y no lo tenía nada claro. La verdad es que no lo veía tan útil para ti como lector. Sin embargo, según lo he ido escribiendo me he ido sintiendo más a gusto, y empiezo a pensar que Javi tenía razón. Gracias Javi. Debe ser que esto de valorar la propia experiencia es más fácil desde fuera que desde dentro de uno mismo. De hecho, según sigo reflexionando sobre ello, más me doy cuenta de que esto es lo en muchos de los proyectos les falla a los directivos de nuestros clientes. Como decíamos a nuestros hijos pequeños, y es ya tendencia, ¡¡HAY QUE COMPARTIR!! Si no te paras a pensar que tu experiencia puede ser valiosa para otros, y en cambio si notas el pudor que te genera pensar el compartir lo que te pasa, es fácil que no lo saques fuera. Y sin querer privas a otros de tu bagaje, y también de la posibilidad de que te ayuden en tus problemas. Necesitas aceptar que eres vulnerable, y que los demás te pueden ayudar. Y tanto más, cuanto más alto estés en la jerarquía de tu empresa. Bueno, yo ya lo he hecho. Ya te he contado un trocito de mis andanzas en mi zona de aprendizaje. Espero que este post más personal te haya gustado. Si es así, déjame un comentario por favor para saberlo e ir compartiendo algo de esta aventura. Si no te ha gustado, no comentes nada, y así también sabré por omisión que prefieres que vuelva al estilo anterior. Eso sí, te perderás algunos cotilleos. Y como siempre una invitación para acabar: ¿has pensado en qué vas a incomodarte tú este próximo curso escolar? Go for it!! And good luck!!
vilma barrera
La lectura nos pareció interesante y significativa, puesto que fue útil para clarificar los conceptos de «zona de confort» y «zona de aprendizaje», a través de una vivencia.
Matti Hemmi
Gracias Vilma por tu comentario.